¿Qué pasa con los propietarios de tierras que ya no las trabajan? Por ejemplo, mi abuelo fue agricultor toda su vida y, a continuación, mi padre. A lo largo de su vida laboral fueron adquiriendo más tierras con lo que iban ahorrado trabajando. Ahora, mi padre está jubilado y mi futuro no está encaminado a seguir trabajando dichas tierras. ¿Qué sería lo legítimo dentro de una revolución nacionalsindicalista? Porque considero que la simple usurpación de las mismas sólo sería justo en caso de que mis antepasados hubiesen conseguido dichas tierras de forma gratuita y no invirtiendo dinero, como tuvieron que hacer. ¿Lo legítimo sería la expropiación de las mismas y la remuneración correspondiente a su valor? Un saludo.
- Preguntas enviadas por A.
El posicionamiento de la FE de las JONS original respecto al problema de la reforma agraria ofrece todos los elementos necesarios para el desarrollo de la doctrina económica del Nacionalsindicalismo. Por tal motivo, las intervenciones parlamentarias de José Antonio en torno a esta cuestión son de lectura obligada para entender nuestra filosofía política.
La tierra debe ser propiedad del agricultor y del ganadero que la trabaja. Este punto es irrenunciable. A partir de ahí surge el problema de ser la tierra un bien que no se puede crear desde cero y, en consecuencia, la necesidad de trasladar la actual propiedad del terrateniente al trabajador. Sólo existe un modo de operar dicha transición y es por medio de la expropiación forzosa de las tierras productivas. El modo más conveniente es el pago de un justiprecio, que tendrá que asumir no el Estado –porque no se trata de que la propiedad transite de lo privado a lo público- sino los sindicatos agrícolas –que son sujetos de derecho privado-.
Ahora bien, las obligaciones financieras de estos sindicatos y sus correspondientes bancas sindicales son enormes al requerir el sector primario español de una modernización en profundidad y de grandes inversiones que lo lleven a la optimización y la rentabilidad. Las indemnizaciones por expropiación poseen un carácter subordinado. José Antonio ya dejó sentado que la transferencia de la propiedad impondría un sacrificio inevitable a los actuales tenedores; en todo caso, los sindicatos del campo contraen una deuda con ellos que debe ser saldada aún con importantes retrasos.