Patricia Bell

Dejad que los muertos entierren a los muertos...

El consejo del Evangelio tiene un valor inmediato. Cuantos hay que no lo han seguido, por desgracia para ellos y para otros alrededor....

El PSOE es ahora quien lo desoye, y que azuza, por medio de varias asociaciones para desenterrar cadáveres de fosas comunes y darles sepultura adecuada. En si es un hecho meritorio. Siempre lo es dar sepultura digna a los restos humanos. El problema es que usa eso a cambio de tener un programa, o una definición ideológica.

La izquierda todavía no ha superado su trauma por la caída del comunismo. De una manera u otra, se definían a través de el. Comunismo "puro y duro", o un socialismo que rechazaba el comunismo, pero que compartía supuestos con ellos, socialismo democrático, tercermundismo, castrismo... Toda esa panoplia se alimentaba, de segunda, de tercera, de décima mano, de la presencia del comunismo y de la utopía implícita en él.

Ahora eso se acabó, y los izquierdistas están huérfanos, sin idea de que son, que es lo que creen, y que pueden hacer. Y, hasta que se les ocurra algo mejor, van a desenterrar cadáveres y homenajearlos, porque, en fin, es algo que hacer, y es mejor que quedarse en casa, preguntándose "y ahora ¿qué?"

Es fácil burlarse, pero hay que admitir que esa desolación, ese aferrarse a cadáveres en vez de pensar para el futuro no es exclusividad suya. Creo que muchos, si se miraran en el espejo, verían la contrapartida a aquellos que sustituyen pompas fúnebres por pensamiento y acción.

Ya hemos pasado por eso nosotros (algunos no se han repuesto todavía). Pero muchos por fin han vuelto a la realidad y se han abocado a hacer la tarea que se dejó abandonada por cerca de cuarenta años. Se ha aprendido que se homenajea los muertos un día por año, pero que los 364 restantes se trabaja, se enfrentan los problemas del momento, y se piensa en el futuro basado en lo que se sabe ahora.

Seria una lastima que se respondiese a la desorientación izquierdista copiándola, como si no se supiese demasiado bien a donde lleva. Esta bien conocer la historia, pero también hay que saber cuando es irrelevante mencionarla. No es cuestión de hacer contabilidad de quien causo más muertos o barbaridades, sino de decir "Nosotros ya probamos eso. No funciona.". Volver la discusión al presente en lo posible. Si no se puede evitar discutir historia, que se traigan ejemplos de voluntad de superación del conflicto, de hermanamiento, y de actos de humanidad. Contestar con palabras suaves las acusaciones, en vez de acalorar más la discusión. Y volver al presente. Preguntar que se puede hacer ahora en estos casos concretos.

No hay que olvidar que el despiste de la izquierda creo muchos huérfanos que no saben donde ir. Muchos de ellos son falangistas que no saben lo que son, por la visión que se les ha dado del falangismo. Es tiempo de atraerlos, y de hacerles ver que sus anhelos y sus ideas cuajan muy bien en el ambiente azul. Pero eso no se conseguirá si se cede a la tentación de darse a golpes con los muertos.

Que los muertos encuentren digna sepultura. Y que los vivos tengan una visión clara del presente.


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