Quiero saber los nexos entre CNT y FE de las JONS, pues soy de colombia y siento gran admiración por ambos, gracias un saludo.

- Preguntas enviadas por W.

Las relaciones entre los nacionalsindicalistas y los anarcosindicalistas españoles se inicia antes de la fundación de las JONS (octubre de 1931) y continúa después de la fusión de este grupo con Falange Española (marzo de 1934).

En la fase anterior (La Conquista del Estado) Ramiro Ledesma había visto en la CNT un aliado en la lucha contra los partidos marxistas a pesar de que “su norte social y nacional difería en absoluto de las directrices cenetistas”. En un primer momento el interés de Ledesma por la CNT es de orden táctico: la CNT tiene más de medio millón de afiliados. Sin embargo, una circunstancia larvada durante mucho tiempo en el interior del sindicato le hará cambiar de parecer. En junio de 1931 la CNT celebra en Madrid un Congreso extraordinario que pone de manifiesto una ruda batalla de poder en su seno. Hay dos corrientes violentamente enfrentadas en el sindicato: los anarquistas (FAI) y los sindicalistas netos. La ruptura parece inevitable y así sucederá poco después con la victoria clara del primer bando y el desplazamiento de los hombres del segundo grupo lejos de los puestos directivos de la central sindical. Ledesma lanza entonces la consigna de “nacionalizar” (?) a las masas obreras de la CNT y algunos dirigentes de la organización anarcosindicalista lo secundan ingresando en La Conquista del Estado.

La fundación de las JONS viene acompañada de una valoración muy crítica hacia la CNT al considerarla incapaz de materializar seriamente todo su potencial revolucionario conformándose con acciones puntuales y descontroladas. Sin embargo, las simpatías entre los integrantes de ambos grupos habían crecido. Aprovechando esta circunstancia la estrategia de las JONS pasaría entonces por la infiltración de sus militantes en los sindicatos sectoriales tanto de la UGT como de la CNT. Inesperadamente, la iniciativa dio algunos frutos.

El momento culminante de las relaciones entre anarcosindicalistas y jonsistas se produce a finales de 1933 cuando un nutrido grupo de mandos y militantes sindicalistas abandonan la CNT ante el avance imparable de los anarquistas radicales de la FAI. Algunos de estos dirigentes retomaron el diálogo con Ledesma en el entorno conspiratorio más adecuado, la prisión de Ocaña,  donde el jefe de las JONS y algunos dirigentes cenetistas  degustaban la represión del gobierno. La entrada de este reemplazo anarcosindicalista en las JONS se tradujo en un Manifiesto notable. Sin embargo, no tuvo ninguna consecuencia para el crecimiento de la organización. El enorme prestigio de los cenetistas incorporados a las JONS no fue capaz de arrastrar consigo a las añoradas masas obreras “nacionalizadas” de Ramiro.

La fusión de las JONS con Falange Española (1934) supone un nuevo episodio en las relaciones entre anarcos y nacional sindicalistas. Hay aspectos formales muy interesantes como la creación de los sindicatos falangistas (CONS) nutridos en gran medida por antiguos anarquistas y comunistas; o los contactos mantenidos entre José Antonio y el antiguo Secretario General de la CNT, Ángel Pestaña, que acababa de lanzar un Partido Sindicalista que interesó mucho al jefe falangista; o el pacto de no agresión mutua entre falangistas y anarquistas sevillanos en sus enfrentamientos callejeros contra las organizaciones marxistas.

Sin embargo, el interés central de este periodo radica en la clarificación del ideario nacionalsindicalista que pone de manifiesto su íntima conexión con el sindicalismo revolucionario, una de las fuentes ideológicas del anarcosindicalismo. Ya no era posible afirmar de FE de las JONS que “su norte social y nacional difería en absoluto de las directrices cenetistas”, tal como sucediera con La Conquista del Estado. Este vínculo resulta tan estrecho que el propio Ramiro Ledesma, fuera y lejos ya de la organización falangista, reconoce una adhesión tan total y sincera de José Antonio a los principios sindicalistas que no le dejan a él otra opción de encaminar sus pasos hacia otros lares. Concretamente hacia el nacionalismo, el ámbito que Ramiro siempre sintió como propio.   

Todos estos aspectos pueden ser ampliados en el libro: MAESTÚ, Ceferino: Los enamorados de la Revolución. La Falange y la CNT en la II República. Madrid, Plataforma 2003, 2012.

Con un fuerte abrazo a nuestros hermanos colombianos.