Ozki

 

Los trabajadores de SINTEL, escribieron con su Campamento de la Esperanza, una de las páginas mas gloriosas de la historia del Movimiento Obrero español. Tras meses de ejemplar lucha en defensa de su empresa y de sus puestos de trabajo, expoliados por la mafia del cubano-americano Mas Canosa y sus amigos del Partido Popular, los 1200 trabajadores y sus familias decidieron tras una Asamblea levantar el campamento, aceptando el acuerdo firmado por el Comité de Empresa (compuesto hegemónicamente por Comisiones Obreras) y el gobierno. En este acuerdo se dotaba de una cantidad de dinero un fondo a gestionar por los trabajadores para fomentar la creación de empresas, autónomos etc. además, Telefónica (esa empresa patrimonio de todos los españoles ahora reconvertida en patrimonio del Partido Popular) se comprometía a recolocar a mas 800 empleados en empresas del sector de la telefonía. El resto de los trabajadores, mayores de 53 años se prejubilarían.

Más de un año después, solamente la prejubilación de estos trabajadores se ha cumplido por el gobierno. Los empleados de SINTEL no han recibido ni una sola oferta de empleo, ni han visto un solo euro de ayudas al autoempleo. Lo que si han recibido han sido las presiones por parte de la dirección confederal de Comisiones Obreras y el gobierno, para que se callaran y los insultos por parte de los medios de comunicación afines que les tildan de vagos y maleantes. Por eso, los trabajadores de SINTEL con el apoyo de la dirección de Madrid de Comisiones Obreras, enfrentándose a la dirección confederal, se han puesto de nuevo en pié, exigiendo el cumplimiento de los acuerdos alcanzados hace mas de un año y un empleo estable, digno y con derechos. Y en esto SINTEL vuelve a ser un ejemplo para el conjunto de los trabajadores y de la ciudadanía. Mas de un año después de abandonar el paseo de la Castellana de Madrid y pese a estar repartidos en 39 provincias, los trabajadores se han vuelto a reagrupar y a recuperar el espíritu que llevó a bautizar como el Campamento de la Esperanza a esos cientos de chabolas en pleno corazón del capitalismo español.

Esta nueva lucha por la dignidad de cientos de hombres y mujeres, la gran mayoría mayores de 40 años, ha abierto una brecha importante en el seno de las Comisiones Obreras, mostrando la existencia de dos tendencias muy divergentes entre si: por un lado los que defienden un sindicato burocratizado e institucionalizado, con estrechos lazos con la Administración y por otro los que creen (creemos) en unas Comisiones Obreras desde la base, combativas y transformadoras, donde las Secciones sindicales sean la parte fundamental de la acción sindical y no los despachos ni los técnicos alejados de la realidad de la clase trabajadora.

Comisiones Obreras, desde su fundación hace ya mas de 40 años (aunque solo quieran recordar los 25 últimos) nació como un sindicato plural en cuyo seno convivían diferentes tendencias del sindicalismo revolucionario (comunistas, cristianos de base, falangistas…) y que desde hace años está "secuestrado por los sectores mas dóciles de la izquierda burguesa (socialdemócratas, ex -comunistas y progres de distintos pelajes). Pese a este "secuestro, Comisiones Obreras sigue siendo el sindicato mas efectivo donde la tradición combativa y anti-burocrática convive, con muchas dificultades, con la pactista. En Comisiones Obreras (con mas de un 35% de la militancia organizada como sector crítico) todavía es posible trabajar para la defensa de los trabajadores, pese a las direcciones vendidas y desmovilizadoras (a las cuales les sobrepasó y sorprendió el éxito de la Huelga General del 20 J y las consiguientes manifestaciones), porque en la base del sindicato todavía existe un poso importante de sindicalismo transformador de sus orígenes.

Los nacional sindicalistas (a los auténticos me refiero, no a los coros y danzas del capitalismo, antes y ahora) hemos participado de manera colectiva en algunas épocas y de manera individual en otras, de la acción sindical desde el interior de las Comisiones Obreras. El empuje sindical que vivimos en estos momentos, con ejemplo claros de lucha constante y digna como el que nos dan los compañeros de SINTEL, hace que sea mas importante que nunca que participemos de forma activa en la lucha sindical. Los nacional sindicalistas, los social patriotas en definitiva, que sentimos realmente esa necesidad de construir otro modelo social que supere el neoliberalismo criminal que nos gobierna, debemos de gritar bien alto que otro sindicalismo es posible: combativo, autónomo y transformador. Pero no solo debemos gritarlo sino que debemos demostrarles a los trabajadores y a los ciudadanos que sufren las consecuencias del neoliberalismo que estamos junto a ellos en sus luchas, en sus fabricas, en sus barrios... No por oportunismo ni por pose estética, sino porque los nacional sindicalistas, los social patriotas, no somos un ente ajeno a sus reivindicaciones. Somos parte de los que sufren este sistema. Y combatimos para transformarlo.