Palabras de Juan Carlos García. Acto público de FA en Alicante el 3 de diciembre de 2016

Se cumplen 14 años desde que las mujeres y hombres que conformamos Falange Auténtica iniciamos la ardua tarea de rescatar la ilusión de un proyecto que desde muchos años antes había germinado en nuestros corazones.

Lo que parecía un proyecto azul más, con una fecha de caducidad próxima en el tiempo, se ha ido consolidando poco a poco como un referente en el panorama falangista de nuestra patria.

Más fortalecidos que en el  principio, pues aquel proyecto de unos cuantos idealistas que nos negábamos a que sucumbiera el espíritu auténtico de la falange, hoy se muestra a la sociedad española como una alternativa seria en sus planteamientos, y que con paso firme reviste cada una de sus actuaciones de rigor, seriedad y coherencia.

Es verdad que nuestra situación posiblemente no es la que a todos nos gustaría que fuese, y en eso debemos de ser sinceramente autocríticos, pero creo que bajo los condicionantes que nos movemos, en la actualidad,  es ya  una hazaña que sigamos con nuestra bandera alzada, que sigamos aquí junto a todos vosotros

Os puedo asegurar, que nuestro proyecto nos sigue ilusionando, porque creemos que es necesaria nuestra presencia para que exista un referente que logre concienciar a los muchos falangistas que hoy existen con o sin falange a que es posible hacer las cosas de otra manera, que es posible abandonar estereotipos y gestos ajenos a una  falange actual, a una  falange del siglo XXI. Nuestro aire fresco y  renovado nos ha permitido ser un referente a imitar, y nos ha permitido sobre todo adaptar sin temor nuestros conceptos de antaño para dar soluciones vitales a los problemas que hoy debemos de afrontar en esta sociedad que nos ha tocado vivir.

Tenemos por norma dejar a un lado cualquier tipo de complejo o nostalgia que signifique retroceder ante los muchos infortunios que esta sociedad nos depara y seguimos después de 14 años con la intención de construir una falange dinámica, actual, democrática y social con la que defender y encauzar de la mejor de las maneras nuestro proyecto.

Hablar hoy de Falange Auténtica es referirse a una organización con vida propia y con un discurso diferenciado e identificable.

En un panorama político donde la denominación de falangista no es exclusiva de nuestro partido, dicha identificación, por necesaria, formó parte de nuestros objetivos prioritarios.

Hoy por hoy, es fácil observar como en Falange Auténtica existen  características diferenciales que nos convierten en una organización claramente comprometida con su tiempo, e indisolublemente unida a esa definición que nuestros hechos y nuestros mensajes han hecho cierta: 

Somos la falange social y democrática.

Y entre las metas que Falange Auténtica se trazó en sus inicios y que seguimos manteniendo en la actualidad se encuentran:

  • Desarrollar y adecuar los ideales falangistas en el siglo xxi
  • Nuestro reconocimiento a la libertad de las personas
  • Extender nuestro concepto de patria, considerado este como un proyecto común, respetando las diferencias de los pueblos y regiones que la componen.
  • Defender nuestra propuesta de una democracia más pura, más participativa, erradicando el actual monopolio de los partidos políticos.
  • Nuestra defensa de que la justicia no es válida, si esta se aplica a unos pocos y de forma arbitraria y que los derechos y deberes deben de ser iguales para todos, sin diferencias
  • Nuestra oposición frontal a la insolidaridad y el egoísmo de los nacionalismos que intentan eliminar el concepto de patria común, sustituyendo a este por una serie de proyectos menores sustentados en el egoísmo aldeano.

Y por último superar el marco injusto y deshumanizador del sistema capitalista.

Porque entre sus fines Falange Auténtica no aspira como fin supremo al triunfo en unas elecciones,  sino que nos conformamos incluso  en hacer de nuestro ideario una verdadera corriente de opinión que cale entre nuestros conciudadanos y que sean estos quienes  pongan  en marcha una revolución silenciosa e incruenta pero a la vez imprescindible, ilusionante y sumamente atractiva.

Una revolución que termine de una vez por todas con las oligarquías imperantes, pero camaradas y amigos, y esto es muy importante, para emprender una revolución, antes que nada, lo primero lo prioritario es evolucionar, alejarnos de formas y estrategias caducas que nos impiden ser aceptados por el resto de la sociedad.

Tenemos en nuestras manos un legado que nos obliga a evolucionar sin perder la más mínima de las frescuras que representa la falange.

Esta evolución nos permitirá liderar la revolución de las personas.

De esas personas hartas de no poder regir su propio destino.

De esas personas cansadas de ceder en manos de otros la responsabilidad de dar un futuro mejor a nuestros descendientes.

De las personas aburridas  de una clase política que ha conseguido hastiar a la sociedad, y que tiene entre sus logros que la corrupción a todos los niveles sea contemplada con indiferencia y lo que es peor con resignación.

De esas personas desencantadas de vivir en una sociedad en la que uno se considera un extraño, desengañadas de ver cómo van cayendo, unos tras otros,  los conceptos más básicos de la moral, la autoridad y la educación.

De las personas engañadas,  de que solo se acuerden de nosotros una vez cada cuatro años y con el único objetivo de depositar un voto con el que volver a engañarnos para los siguientes cuatro años.

De las personas fastidiadas de ver como sube absolutamente todo menos los salarios y las prestaciones sociales.

De las personas hundidas por  las desigualdades cada vez más acentuadas, y los grandes focos de marginalidad o lo que hoy se llama de forma eufemística exclusión social. Exclusión social en la que están inmersos, y esto no hay que olvidarlo, más del 25% de personas en nuestro país, personas que ven como el estado que debía de velar por sus necesidades básicas los desatiende de forma ignominiosa, personas que sin la caridad de ONGs como Cáritas o Bancos de Alimentos estarían completamente desamparadas, por un estado liberal y corrupto.

Por todo esto Falange Auténtica os pide a todos vosotros, con el único medio que disponemos, nuestra voz, que despertemos de esta peligrosa somnolencia que nos invade, que participemos de forma militante en la construcción de nuestro futuro… ya que nadie nos va a regalar absolutamente nada.

Y que adquiramos el compromiso de  exigir poder regir libremente nuestro propio destino y sobre todo el que nuestros hijos hereden una sociedad más justa e igualitaria en donde todos los que vivamos nos sintamos orgullos y sobre todo libres de querer ser españoles, y que esta libertad y este orgullo nos lleve por la senda aglutinadora de construir entre todos un proyecto sugestivo de vida en común que se llame España.

Quiero terminar con una frase de uno de los héroes más afamados de nuestra historia, el almirante Blas de Lezo, quien hace más de 300 años decía estas palabras que las podemos utilizar también para falange.

“Una nación no se pierde porque unos la ataquen, sino porque quienes la aman no la defienden.”

Muchas gracias por vuestra atención.

Arriba España