Fernando Valbuena
Publicado en el diario HOY (3 de octubre)

Desde que he puesto en casa bombillas de bajo consumo la factura se ha disparado. Pregunto a las eléctricas por las nuevas tarifas y me torean por bernardinas. Me cantan milongas. Me acosan, me tumban el teléfono a horas intempestivas con medias verdades. Las eléctricas y las otras.

Lo mismo pasa en política. Esta semana hemos conocido los presupuestos del Estado para el año entrante. Todos arriman el ascua a su sardina. Instintivamente, porque dudo que alguien haya tenido tiempo suficiente para empollárselos. Todo ligero, sin fuste. Según el PP benefician enormemente a la región gracias, eso sí, al Che Guevara que tenemos por presidente. Según el PSOE, Madrid nos roba. Patético.

Precios y salarios

Me apenan los nacionalismos de charca y guarrino tanto como los otros. Todos quieren salir beneficiados en las cuentas de España. No, así no. Extremadura tiene que tener lo que le corresponda, ni más ni menos que nadie. Y si nos tocara poco en el reparto porque otros españoles lo necesitan más, lo único que deberíamos hacer es aplaudir la medida. Todos iguales, ni más ni menos que ningún otro. Españoles todos. Lástima ver como los señores de taifa meten la cuchara en el plato de las lentejas ajenas. Yo sigo siendo español por encima de todo. Vasco de cuna y extremeño por devoción, pero siempre español.

Allá van, en busca del voto perdido. El gobierno regional ha anunciado mil veces una rebaja de impuestos que de momento ni está ni se la espera. Ayer mismo, leyendo este diario me entero que en realidad el IRPF acabará subiendo. Eso no lo habían anunciado. Tampoco tiene padre la subida de los valores catastrales que, ayuntamientos como el de Badajoz, van a perpetrar. No hay ruedas de prensa para anunciar subidas. Tales medidas son huérfanas, de padre y de madre.

Vivimos asfixiados por una costra de mil administraciones ávidas de recursos. Los ciudadanos, usted y yo, somos la carne que alimenta al monstruo. Elefantiásico. No hay límite para su voracidad. El año que viene usted pagará más IBI y más IRPF. Y si gobernara el PSOE todavía pagaría más. Y si lo hiciera Podemos dejaría de pagar porque ya no tendría con qué hacerlo. Se lo van a comer, a usted sí, entre ruedas de prensa de esas que anuncian bajadas de impuestos.

Mi amigo Ramón Rivera viene dándose coscorrones por las calles. Ha dejado de creer. España necesita un revolcón. Desde la escuela. Empezando por padres y profesores. Esto solo lo arregla una nueva juventud. Jóvenes que sean capaces de preguntarse qué pueden hacer por España y no qué puede hacer España por ellos. Una juventud que no tenga miedo a servir, que mire a los ojos a la bestia y le cante las verdades del barquero. Que sea capaz de acabar con las mil una administraciones parasitarias, que sea capaz de entender que el estado del bienestar, mal entendido, da amparo a maleantes y vagos y que el futuro, para ser limpio, ha de recuperar valores como el sacrificio, la austeridad, el trabajo, la disciplina y la jerarquía. El presente es de los jerarcas ciegos de la partitocracia, de los mandamases sordos de las grandes corporaciones financieras, de los privilegiados mudos de todas las sopas bobas,… pero el futuro no. Y mientras el futuro llega, mientras esa juventud va naciendo, vean, vean a Montoro, con una serpiente de goma al cuello, anunciando falsas bajadas de impuestos. Zoco de Marraquech. Tango Bar.