Me preguntaba, en que aspectos se asemeja el falangismo al "jonsismo" y también que opináis sobre el decreto de unificación que hizo franco, donde junto a tradicionalistas con revolucionarios. Y también una útima pregunta, la cual no tiene mucho que ver con las dos anteriores, y es, si creéis que la economía falangista/nacional-sindicalista debería ser implementada así como se conoce, o con algunos elementos más, como por ejemplo de la economía nazi o la socialista.

- Pregunta enviada por D.

1. Tanto las JONS como la FE no fueron más que meros instrumentos para la implantación revolucionaria de una idea política que se conoce como nacional-sindicalismo. Las diferencias, por tanto y si las hay, son de carácter estratégico cuando no meramente táctico. En Falange Auténtica mantenemos la opinión de que José Antonio –fundador de FE- se fue convirtiendo con el paso de los años en el mejor de los jonsistas dado su interés por comprender y desarrollar el ideario del nacional-sindicalismo. La cuestión de las semejanzas y diferencias de la etapa fundacional pierden todo su interés cuando se aborda la cuestión desde el ángulo correcto, que es el conocimiento del ideario nacional-sindicalista.

 

2. El Decreto de Unificación franquista supuso la partida de defunción de FE de las JONS. A partir de aquel momento serán los ideales sociales de la Iglesia católica quienes impriman personalidad política al régimen franquista, pero nunca más el ideario nacional-sindicalista. Este sesgo clerical del franquismo hay que pensar que pudo satisfacer grandemente a los elementos tradicionalistas del régimen, particularmente a los carlistas. Pero inició la disidencia y el despego de grandes falangistas que, sencillamente, descubrieron que el tinglado de Franco nada tenía que ver con sus ideales de preguerra. El gran problema, desde el punto de vista de Falange Auténtica, es que este así llamado “franco-falangismo” o “nacional-catolicismo” es el ideario que profesa en la actualidad un extenso segmento de los falangistas. Lo cual consideramos un gravísimo error.      

 

3. El nacional-sindicalismo supone una alternativa total, radical, al capitalismo. Tanto la socialdemocracia como el nacional-socialismo no constituyen sino pequeñas estrategias correctoras de un capitalismo salvaje. En puridad, no atajan la raíz del problema que es la concentración de la propiedad de los medios de producción en manos privadas de modo que se evita que el rendimiento neto del trabajo se distribuya equitativamente entre los trabajadores que lo han hecho posible. Pretender introducir en el ideario nacional-sindicalista medidas simplemente paliativas supone una disminución de su potencial revolucionario que no resulta ni necesario ni deseable.