La reciente resolución de la sala de lo penal de la Audiencia regional del estado alemán de Schleswig-Holstein, mediante la que se deja en libertad bajo fianza al expresidente golpista de la Generalidad de Cataluña Carles Puigdemont, rechazando la solicitud de entrega por España a través de una euroorden, ha causado especial conmoción en nuestro País ya que, cuando el cabecilla separatista fue detenido por la policía de alemana en la frontera germano-danesa, casi todos los opinadores políticos se las prometieron muy felices ante su inminente entrega.

No vamos a entrar en el análisis jurídico de esa decisión ya que ha habido numerosos pronunciamientos al respecto, como el contenido en el recomendable artículo publicado en el diario El Mundo por el Catedrático de Derecho administrativo y antiguo eurodiputado, Francisco Sosa Wagner.

Nuestra valoración política de esa lamentable decisión del tribunal alemán, así como de las posteriores declaraciones de la Ministra de justicia del gobierno presidido por Ángela Merkel, es que demuestran cual es la situación a la que ha degenerado la Unión Europea, manejada ya sin ningún rubor por una Alemania centralista y dominadora, que se permite imponer sus criterios a los demás estados, especialmente a los del sur de Europa, queriendo para ellos lo que no admite para sí y el derecho de autodeterminación es un ejemplo.

Además de quebrar la confianza en la Justicia europea y la colaboración en esa materia de los estados de la Unión, el Tribunal de Schleswig-Holstein, la Ministra de Justicia alemana y, por extensión, el gobierno al que pertenece, han ofendido gravemente a España poniendo en tela de juicio nuestro Estado de Derecho, el contenido de la vigente Constitución y el principio de que la Soberanía nacional reside en el Pueblo español, que es el único sujeto político legitimado para modificar el marco legal e institucional vigente en nuestro País. Siguiendo las tesis de los sediciosos separatistas, han ninguneado el derecho de España a su integridad territorial, a unas fronteras seguras y a que cualquier cambio político ha de estar sujeto a lo que nuestras leyes prevén para ello.

Consideramos gravísimo lo que ha sucedido. Y pensamos que esa arrogancia germana, heredera del imperialismo prusiano, está llevando a la Unión Europea al borde del colapso por mucho que el Presidente francés, seguramente consciente del problema, se esfuerce en proponer una reforma que no termina de llegar. Creemos que esa actitud de Alemania frente a unos socios sobre los que pretende ejercer un protectorado, está en la raíz del Brexit y de la cada vez más notoria rebeldía de las naciones del este de Europa frente a los dictados de Berlín.

Pero… ¿a España quién la defiende? Porque el Gobierno del PP une ahora a su pasividad y tardanza en reaccionar ante el desafío secesionista catalán, una debilidad extrema para poner en su sitio a belgas y alemanes por su desaire y pagarles con la misma moneda en cuanto se dé la primera oportunidad, empezando por haber llamado a consultas a los embajadores españoles en Bélgica y Alemania, y declarando personas non gratas a la Ministra teutona de Justicia y a los ministros nacionalistas flamencos que, desde el ejecutivo belga, han apoyado desde el principio a los sediciosos del procès.

Es necesario que el Pueblo español sea consciente de que España está indefensa y que ello es por causa de que sufrimos a una casta política inútil, corrupta, ladrona, vendida a intereses extranjeros y antipatriota. Por ello nos desestabilizan los separatistas y por ello nos ningunean en Europa, bajo cuya bandera se arropan nuestras élites cada vez que surgen los problemas que sólo nosotros, con determinación y firmeza hemos de resolver.

Ejecutiva Nacional de Falange Auténtica