El político que por decreto aumenta los costes a las pequeñas empresas y a los Autónomos, elevando los salarios por encima de las posibilidades del Sector, NO ESTÁ AYUDANDO A LOS TRABAJADORES aunque a éstos les parezca que sí. Lo que está haciendo, aparentando defender a los obreros, es QUITARLES DE EN MEDIO A LOS GRANDES CAPITALISTAS la competencia de los últimos mosqueteros, que luchan contra la actividad desleal de un empresariado capitalista cada vez más agresivo, como le pasa a todos los que resisten frente a la presencia dominante en el mercado de empresas como Amazon o los grandes distribuidores de productos agrícolas.

Si se quiere defender de verdad al obrero, lo que hay que hacer es DISTRIBIR LA RIQUEZA ALLÍ DONDE ÉSTA EXISTE. Hay sectores donde son posibles las subidas de salarios y las mejoras en las condiciones laborales, y eso no se hace. Todo lo contrario, se contribuye a eliminar a los competidores de estos operadores fuertes que dominan los mercados.

¿Alguien conoce algún sector económico modesto, que en los últimos 5 años haya aumentado sus beneficios en un 40%? Eso es lo que les han subido los costes laborales, a lo que hay que añadir el aumento de la presión fiscal, a las empresas más débiles de nuestra maltrecha economía, que casi no pueden sostener ese gasto y a las que sólo les van quedando tres vías de escape:

1) Se realiza el trabajo entre la familia.

2) Se pasan una gran parte a la economía sumergida.

3) O simplemente desaparecen esas empresas.

 

El salario ya sea de 900, 1000 o 2000 euros no se materializa porque sea necesario para vivir. Desgraciadamente la realidad económica no es así. El salario, sea el que fuere, se hace posible porque existe una actividad económica que genera una diferencia entre GASTOS e INGRESOS que hace posible pagarlos. Importante es saber que esto ocurre en los sectores más débiles de nuestra economía, incluso en las COOPERATIVAS DE PRODUCCIÓN que tienen un mayor margen de resistencia pero cuando los COSTES DE PRODUCCIÓN están muy cercanos a los INGRESOS, da igual el modelo de propiedad de la empresa para verse abocadas a la crisis. Estamos hablando del tejido productivo compuesto por un autónomo con pocos empleados, que a lo largo del territorio nacional son numerosos. Y muchos en esa España rural que dicen que se vacía, y más que se va a vaciar con estas políticas de demagogia, propaganda y desprecio al esfuerzo pequeño-empresarial con pocos márgenes de beneficio y en cambio muchos riesgos.

Pero si desaparecen estas empresas porque no pueden afrontar unos costes que están por encima de su realidad económica, sus trabajadores, que se quedan en el paro, ya no van a poder cobrar ni los 965€ y las prestaciones que perciban las tendrán que pagar con su esfuerzo fiscal los españoles que continúan trabajando, que cada vez serán menos. Esto crea una espiral peligrosa de intentos por parte del Estado de subir los impuestos, para poder gastar cada vez más en sostener a la población que no encuentra trabajo. Esa situación provocará la falta de viabilidad que de nuevo afectará a nuevas empresas en los sectores más débiles de la economía. Y así vamos matando la gallina de los huevos de oro y siendo los líderes del paro en Europa.

En cambio, hay sectores donde la realidad financiera de las empresas hace posible el pago de salarios muy por encima de lo que vienen haciendo, ya que suelen precarizar a los trabajadores con la subcontratación. Esto lo hacen grandes empresas, con posiciones fuertes en la economía, con los que no se mete este Gobierno social-podemita. Y esos obreros podrían tener unos salarios mucho más altos y con mejores condiciones laborales de las que tienen. Sólo bastaría con añadir a la legislación laboral esta frase, con la trascendencia jurídica que implica: "LAS SOCIEDADES ANONIMAS NO PUEDEN SUBCONTATAR LA ACTIVIDAD PRINCIPAL, SALVO EN LOS TRABAJOS QUE POR SU NATURALEZA LO NECESITEN". Con este enunciado, los trabajadores de la mayoría de empresas del IBEX, que hoy trabajan para contratas, pasarían a integrar las plantillas de Repsol, Telefónica, Endesa, Naturgy, Iberdrola, etc., y además sería posible la fuerza sindical de esos operarios, que son miles, de la que hoy carecen por estar atomizados y ser asalariados de cientos y cientos de subcontratas.

Sin la disminución racional del Estado y la extirpación de los privilegios de los que de él viven así como la rebaja de la presión fiscal, no se pueden subir los salarios por decreto a las empresas más débiles de nuestro país. Y haciéndolo así, lo que se decreta es la desaparición de actividades y puestos de trabajo. Y se elimina la competencia a los grandes capitalistas, que se frotan las manos porque sus beneficios subirán a costa de las pérdidas de puestos de trabajo por la desaparición de pequeñas empresas y trabajadores autónomos.

Cuando escuches a un responsable político hablar sobre estas cosas, por encima de sus palabras piensa que ellos son los que gestionan casi el 50% de lo que producimos los trabajadores españoles y, como no tienen bastante con eso, nos endeudan. Recuerda que mientras menos malgasten, más eficiente sea su gestión y menos roben, más riqueza estará en manos de los trabajadores y de los empresarios a los que podremos exigir mejores condiciones de trabajo y mayores salarios.