Mientras los politiquillos de baja estofa que padecemos en nuestras instituciones, se dedican a las discusiones, insultos y amenazas, amagando sin dar, como borrachos de taberna, una gran multinacional nipona del automóvil deja a miles de españoles en el paro, una más que sumarse a una larga lista, recuerdo la Guillete en Sevilla entre otras tantas. Pero el capital que huye no es solo extranjero, hace décadas que empresas españolas han trasladado sus sedes de elaboración a otros países con la mano de obra más barata.

Ahora muchos le van a echar la culpa al independentismo catalán y al giro bolivariano del gobierno social comunista instalado en la Moncloa. Sin ser esto falso del todo, hay una causa principal, el dinero es muy miedoso y las grandes empresas capitalistas en lo primero que piensan es en ganar cuanto más mejor a costa de lo que sea, les importa un pito lo de los trabajadores, una molestia necesaria (cada vez menos, por cierto).

Ese es el juego que se aceptó en España cuando la tan cacareada Transición trajo la Democracia liberal capitalista a nuestro país. Franco había cumplido su misión de ser un baluarte anti comunista para los países de la OTAN, convirtiendo de paso a España en un portaviones para las operaciones yanquis en el Mediterráneo y Oriente Medio. Una “selecta minoría” aceptó encantada el juego, en ello le iban los cargos y los millones.

Hoy los telediarios no han podido ser una mejor muestra del estado de las cosas, por primera vez en meses la pandemia ha pasado a un segundo plano. Los trabajadores de Nissan en Barcelona (aún en Fase 1 de desescalada) han demostrado que les tienen más miedo al paro que al virus. Manifestaciones multitudinarias, gritos de rigor y quema de neumáticos ¿contra quién? Supongo que contra su propia impotencia, contra la inoperancia de unos sindicatos obreros que hace años dejaron las reivindicaciones para apuntarse a la merienda de negros de las estafas y los chanchullos.

Nissan es una empresa capitalista, extranjera, por tanto tiene perfecto derecho a radicar sus fábricas donde considere que es más ventajoso para las cuentas corrientes de sus mandamases, de sus accionistas, de sus dueños. Ese, lo siento mucho, es el capitalismo. Y si no, no haber saldado nuestras empresas nacionales, ¿Cuántas comisiones millonarias generó el desmantelamiento de nuestras grandes empresas, nuestra industria? (¿verdad Felipe?)

Da grima ver a ese Patxi López bailándole el agua como un borreguito al chulo de Iglesias, pero Pablete, esos cojones que le echas al pedante relamido de VOX, échaselos a la Nissan ¿a qué no hay huevos? Mientras los pijos del PP, los perro flautas de Podemos, los pro terroristas vascos y catalanes, los mangantes del PSOE, los iluminados patrioteros de VOX, pierden el tiempo y nuestro dinero, España se va al carajo, claro que a estas alturas de la película ¿A quién coño le importa España?

Eugenio Abril