¿Es compatible el Nacionalsindicalismo joseantoniano con el llamado Capitalismo Social o la Socialdemocracia? Pienso en modelos económicos como el alemán o el sueco, por ejemplo.

- Pregunta enviada por J.

El verdadero sentido de la histórica frase lanzada por Felipe González al XXVIII Congreso del PSOE en mayo de 1979, “hay que ser socialista antes que marxista”, debe encontrarse en el compromiso de inhibición de la socialdemocracia para actuar contra la verdadera raíz del problema social del capitalismo, cual es la concentración de los medios de producción en manos de unos pocos.

La opción socialdemócrata quedará reducida, en adelante, a considerar al Estado como un árbitro con la potestad de mediar en los conflictos que puedan surgir entre patronos y obreros y, más decisivamente, como un dispensador de asistencia social llamado a corregir -en la medida de lo posible- los inevitables desequilibrios provocados por los desmanes capitalistas. El Estado entendido, en definitiva, como el intérprete y el ejecutor de la así llamada Justicia Social, y sin una voluntad real de cambiar el actual estado de cosas.

A cambio, los socialdemócratas serán investidos de la legitimidad democrática –muy dudosa hasta aquel entonces- y disfrutar de las prebendas reservadas a los grandes partidos y a sus militantes.

Existe un importante sector declarado como falangista que confunde el nacionalsindicalismo con la socialdemocracia. Con una mentalidad más asistencial que revolucionaria, tienen por perfectamente falangista loar la labor social del franquismo o los llamados a la armonía que emanan de la Doctrina Social de la Iglesia.

Falange Auténtica nada comparte con este sector ideológico. Sus similitudes son más apreciables con el planteamiento opuesto a la socialdemocracia, que es el socialismo revolucionario. Una familia revolucionaria que, a pesar de acoger en su seno al leninismo, inscribe a otras propuestas políticas como el anarquismo o el sindicalismo revolucionario.