Publicado en Mediterraneo Digital | Entrevista realizada por Nacho Toledano para la sección "La otra mirada" .

ENTREVISTA CON ENRIQUE ANTIGÜEDAD | FUNDADOR Y SECRETARIO GENERAL DE FALANGE AUTÉNTICA (FA)

Enrique Antigüedad Sánchez tiene 45 años. Director Administrativo de una empresa de servicios, es divorciado y tiene dos hijos. Fundador de Falange Auténtica, y miembro de su Ejecutiva Nacional desde el mismo Congreso Constituyente, fue elegido Secretario General de la organización en 2.007.

A diferencia –feliz diferencia- de la práctica mayoría de los responsables falangistas, Enrique Antigüedad Sánchez no parece un enterrador del Oeste, ni un telepredicador de Ohio ni –tan siquiera- un fracasado chef de esos que rescata Alberto Chicote de la quiebra en Pesadilla en la Cocina. Nada que ver. Enrique Antigüedad Sánchez es un tío normal. A años luz de nuestros iluminados coñazos, es de esa clase de tipos honestos con los que te gusta irte de cañas. Una persona normal liderando un partido de personas normales. Y eso se agradece –y mucho- tal y como está el patio.

He podido hablar con él el pasado 13 de Julio: el día de la reunión de la Junta Política de Falange Auténtica celebrada en el pueblecito madrileño de Brea de Tajo. Lentamente, Falange Auténtica se ha ido consolidando como referente de una forma muy determinada de entender nuestra acción política. A mí, en sus documentos y en sus personas, es la única que me sigue interesando. Hablando con Enrique uno vuelve a creer posible la apertura de ese nuevo proceso constituyente que necesita España. Habla con entusiasmo de lo que los falangistas podríamos hacer en ese hipotético proceso político. Y lo cierto es que necesitamos prepararnos para esta eventualidad, así como tener definidas claramente nuestras líneas maestras de actuación en caso de que estos sucesos se precipitaran. Enrique Antigüedad Sánchez lo tiene muy claro. Me ha gustado mucho poder charlar con él distendida y tranquilamente.

¿Cuáles son los hitos fundamentales de Falange Auténtica desde su fundación?

ENRIQUE ANTIGÜEDAD. Falange Auténtica nació con la clara vocación de rescatar el falangismo de la marginalidad en que se encontraba en los primeros años dos mil, y también con la intención de consolidarse como alternativa creíble y superadora del marcado carácter ultraderechista de otras organizaciones autodenominadas falangistas. Creo que ambas cosas se han conseguido ya.

En los primeros años de su andadura, Falange Autentica construyó, con éxito, un nuevo lenguaje político y estético para el falangismo democrático del siglo XXI. También consiguió encontrar su propia ubicación política y durante largos años ha sabido conservar y fortalecer una línea muy coherente y al tiempo serena. Esto ha convertido a un grupo político como el nuestro, pequeño y con pocos medios, en un referente de seriedad y estabilidad que ayuda a comprender qué es la Falange actual y qué es lo que quiere.

Ha habido momentos destacados en la andadura de Falange Autentica: el lanzamiento de la campaña "destápate" por su imagen fresca y transgresora, el comienzo de la participación de FA en manifestaciones organizadas por otros grupos sociales ajenos al falangismo, que ahora son ya algo normalizado pero que, al principio cuando nosotros empezamos a hacerlo, eran algo que sorprendía a propios y extraños. Alguna de nuestras escasas apariciones en los medios de comunicación con planteamientos muy alejados de los estereotipos atribuidos hasta ahora a los falangistas o la participación destacada en el proyecto "Defensa Social" son solamente unos cuantos de los hitos en la existencia de Falange Auténtica.

Ahora, tras el paso de los años y una vez que se ha reconocido el papel de Falange Auténtica y su capacidad de permanencia, independencia y compromiso con su propia libertad, podemos dar por concluido el proceso de identificación del grupo y su reubicación política en el lugar donde nosotros creemos que debe estar la Falange democrática y social que queremos ser.

¿En qué estado se encuentra ahora mismo Falange Auténtica?

ENRIQUE ANTIGÜEDAD. Todos los grupos políticos están sufriendo hoy en día el rechazo popular que tan arduamente han conseguido crear los grandes partidos políticos. No somos inmunes al desprestigio general de la política y tampoco nos favorece que aún haya sectores del falangismo ubicados en posiciones políticas muy diferentes, incluso antagónicas, a las nuestras.
Así las cosas, Falange Autentica necesitaría poder ampliar su base militante y aumentar su recursos de todo tipo para poder seguir avanzando. Y sobre todo comunicando con el pueblo del que formamos parte.

En el aspecto político disfrutamos de buena salud. Tenemos mucho que decir, pero la repercusión pública de nuestro grupo es demasiado escasa y las barreras con las que nos encontramos para poder comunicarnos con nuestro pueblo son demasiadas y demasiado altas.

El peso de nuestro nombre, de los mitos sobre lo que es el falangismo, tantas veces equivocados, y nuestra escasa capacidad de aparecer en los medios con voz propia, nos sitúan en una posición en la que resulta agotador intentar avanzar, a pesar de la innegable aceptación popular de los mensajes que podemos lanzar ante la actual situación de crisis generalizada.

¿Qué balance puedes hacer de la experiencia de "Defensa Social"?

ENRIQUE ANTIGÜEDAD. El primer proyecto de actuación conjunta de dos organizaciones falangistas ha sido muy útil para demostrar que las unidades que realmente funcionan son las que se producen al hilo de una acción concreta. Este tipo de convergencia, que es la que prefiere y fomenta FA, ha sido, en nuestra opinión, un relativo éxito en Defensa Social.

Entre las cosas negativas, habría que poner el insuficiente empuje de las organizaciones y personas que hemos apoyado la iniciativa, que podría haber sido más llamativa y tener más repercusión si hubiéramos realizado más acciones de todo tipo. Afortunadamente, aún está vigente la campaña y aun puede seguir dando frutos si nos decidimos a impulsarla con decisión.

Por otra parte, es muy difícil poder gestionar de alguna manera el apoyo popular recibido por la campaña, y en ese sentido hemos de reconocer que podría haberse conseguido más compromiso si nuestras estructuras de partido hubieran sido más amplias y activas de lo que son.

¿Qué nos ha enseñado "Defensa Social" para futuros proyectos?

ENRIQUE ANTIGÜEDAD. Con Defensa Social se ha demostrado que los mensajes falangistas pueden ser muy bien recibidos por la sociedad cuando son emitidos libres de nuestro nombre y simbología. Sacar conclusiones de esta enseñanza, no es tan simple como pueda parecer, pero nos da una pista sobre cual es nivel de valoración sobre nosotros que tiene nuestro pueblo. Mensajes buenos se rechazan por ser firmados por entidades falangistas y por el contrario, los mensajes no firmados, pero profundamente falangistas, se apoyan masivamente cuando no se conoce su procedencia falangista. Querer obviar estas dos cosas: nuestros mensajes son aceptados y nuestra identidad es rechazada, sería un gran error por nuestra parte.

¿Piensas que en los últimos años se han acentuado las diferencias entre nuestros sectores más conservadores y los más avanzados?

ENRIQUE ANTIGÜEDAD. Más bien creo que lo que ha habido en estos últimos años es una toma de posición entre los falangistas, de forma que ahora lo que antes eran sensibilidades políticas más o menos mezcladas en diversos grupos, ha dado paso a unas pocas organizaciones que, o están en un lado de la política o están en el otro, pero que en todo caso demuestran ser muy diferentes entre sí. En cierto modo se ha aclarado el panorama. Creo que Falange Auténtica, ha supuesto un revulsivo en el mundo azul y ha forzado en gran medida esta definición.

¿Crees que es posible estructurar alguna forma de actuación política coordinada entre los grupos y personas más avanzados del nacionalsindicalismo?

ENRIQUE ANTIGÜEDAD. Sin duda, la única manera de poder estructurar una actuación coordinada continuada, seria estableciendo lazos de comunicación que permitan consensos en cuestiones puntuales. Desde siempre, hemos sido muy reticentes al inicio de conversaciones para lograr acuerdos a largo plazo, puesto que esto resta agilidad a la acción política y convierte la toma de decisiones en un agotador debate, que además, le roba la identidad y la independencia a cada grupo. Nada de esto es deseable.

Si en el camino de cada una de nuestras organizaciones se dan puntos de convergencia, no tiene nada de malo que señalemos esas coincidencias y actuemos en consecuencia, pero no debe ser un objetivo en sí mismo el coincidir con otras organizaciones, sino más bien, una consecuencia de un análisis político similar y de un planteamiento táctico compatible.

Somos muchos los que creen que FA puede tener un papel aglutinante en este posible proyecto de coordinación... ¿cuál es tu opinión al respecto?

ENRIQUE ANTIGÜEDAD. Desde nuestra óptica, la que exponía anteriormente, FA, más que ser un aglutinante, puede ser, en alguna ocasión, la vanguardia política a la que otras personas y grupos puedan acercarse para trabajar en común en muchas iniciativas.

De hecho, FA podría en algunas ocasiones llamar a ese acercamiento. Pero de ahí a considerar que FA pueda ser un aglutinante del sector político falangista, voluntaria o conscientemente, hay un trecho. Ni tenemos esa vocación, ni creemos que sea conveniente que asumamos esa responsabilidad, que creo que nos restaría independencia y frescura en nuestras decisiones, dos elementos que valoramos mucho del carácter de FA.

¿Podemos los falangistas colaborar con los distintos movimientos sociales que están actuando en España?

ENRIQUE ANTIGÜEDAD. Podemos, y de hecho debemos. El momento histórico que vivimos es de la mayor trascendencia. Nunca en los últimos años ha habido tanta sensación de estar atravesando un punto crítico que podría convertirse en un verdadero punto de inflexión política. Es hora de apostar por un cambio tan importante que no puede ser realizado por un grupo o unos pocos grupos, sino que debe ser acometido por una amplia mayoría social.

Estoy hablando del cambio de régimen, de saltar de un sistema acabado y que ha fracasado, como medio para alcanzar una verdadera justicia social, hacia un nuevo escenario político. De la necesidad de superar el actual modelo dominado por el poder financiero y la rapiña de los partidos políticos, donde la carencia de soberanía se conjuga con una serie de estructuras autonómicas disgregadoras y además insostenibles, política y económicamente.

Hay que tener la valentía de reclamar un periodo constituyente para nuestro país, que pueda ser el comienzo de una nueva era. Este es un esfuerzo en el que el falangismo tiene mucho que decir y del que también somos responsables. Habrá que saber marchar con los demás, aparcando diferencias, hasta haber conseguido un escenario más libre y justo en el que poder debatir y llegar a acuerdos, puesto que hoy por hoy, simplemente, no hay salida dentro del marco legal vigente y como es lógico, solo se podrá modificar este marco legal, mediante acciones legales es decir, consolidando una nueva mayoría que desee cambiar y se decida a ejercer su derecho democrático a hacerlo.

¿Están los falangistas cómodos dentro de estos movimientos? ¿Y los demás miembros de estos movimientos con los falangistas?

ENRIQUE ANTIGÜEDAD. Dependerá tal vez de qué falangistas sean los que estén en cada momento dentro de los movimientos sociales. Generalmente, el perfil del falangista que milita en FA es proclive a mezclarse con el resto del pueblo y se siente representado en muchas ocasiones, aunque no sea al cien por cien, en determinados movimientos sociales. En ese sentido, nos sentimos cómodos y sobre todo útiles, puesto que tenemos mucho que decir, mucho que aportar y podemos ser un elemento de equilibrio en movimientos que normalmente son presa fácil de la manipulación y el control que tradicionalmente vienen ejerciendo los extremistas de izquierdas.

Bien diferente es la cuestión de cómo somos recibidos en esos movimientos. Generalmente, las personas más informadas nos respetan e incluso fomentan nuestra participación activa en el movimiento, pero casi siempre prefieren renegar públicamente de nuestra presencia, debido sobre todo, a que los medios y poderes del sistema, suelen utilizar nuestra participación como un arma arrojadiza contra estos movimientos. En realidad, debemos ser comprensivos con esta cuestión.

Es cierto, por otro lado, que hay demasiada información poco contrastada entre los miembros de estos movimientos, que nos hacen aparecer a ojos de muchas personas, con las que compartimos ideas y anhelos, como miembros de una organización contraria, precisamente, a esas ideas y anhelos. Sobra decir que ser clasificados en el imaginario colectivo de represores, autoritarios, fascistas, violentos, racistas y otras lindezas, de las que nos hacen acreedores, sin razón alguna, algunos de los medios de comunicación del sistema y parte de las agencias de intoxicación de otras organizaciones políticas, nos pone en una situación difícil, en la que pasas más tiempo justificándote, que realmente aportando ideas y trabajo.

¿Crees posible que se produzcan en España transformaciones políticas o económicas radicales a medio o corto plazo? ¿ves posible una Revolución en España –y en Europa- a corto o medio plazo?

ENRIQUE ANTIGÜEDAD. Empezando por el final, no veo que se pueda producir una revolución, ni en España ni en Europa. Al menos, no una revolución de las del tipo clásico, con violencia, conquista del poder, etc. Las condiciones de vida en las que el sistema mantiene a la mayor parte de la población son más o menos soportables y, además, parecen provisionales, siempre con la esperanza de que cambien a mejor. Además, la capacidad de transformación del aparato de poder, y su innegable capacidad mimética, le permiten dar a entender que pilota, de hecho, el movimiento de superación de la crisis, cuando en realidad se ha convertido, o mejor dicho lo fue siempre, en un tapón que impide que de nuestra sociedad salgan modelos más avanzados y justos de convivencia y gobierno de las cosas públicas.

Sí espero, y deseo, que en España y también en el resto de Europa y el mundo, se produzcan transformaciones que permitan, como poco, situarnos en un escenario diferente, que pueda permitir salir de este bache en el que estamos. Es preciso superar la partidocracia y el divorcio entre gobierno y gobernados que ahora padecemos. Nuestra nación ha de recuperar la soberanía, que ahora reside en entidades supranacionales, cuando no en gobiernos extranjeros directamente, para al menos poder tomar las riendas de nuestro futuro. Debemos ser capaces de proponer una verdadera alternativa al actual modelo autonómico que solo ha servido para separar a los españoles, consolidar un marco de derechos diferente en función del lugar de residencia y hacer un agujero, casi insuperable, en los presupuestos nacionales.

Sólo he querido apuntar tres de los cambios radicales que precisaríamos acometer para mañana mismo y que sin duda supondrían una importante transformación del panorama. Creo que son cambios posibles solo desde un gran consenso, y que amplios sectores de la sociedad están empezando a demandar que algo cambie, así que es ahora el momento.

Aún es difícil poder anticipar nada, pero es necesario al menos abrir la mente a la posibilidad de que algo así ocurra. Esperemos que el descontento pueda generar algo fértil, más allá del uso ilegitimo que del mismo están intentando hacer los partidos del sistema como IU y otros.

Más que ayudar al cambio, algunos partidos del sistema están anestesiando a la sociedad. Podrá darse el caso de que los indignados, en lugar de luchar por cambios globales y para todos, al final vean como su indignación puede se convierte, simplemente, en el vehículo de otro partido corrupto, para acaparar más poder y poder mantener las prebendas de los políticos. Por desgracia, la experiencia de gobierno de IU en Andalucía, no nos permite vaticinar nada mejor que esto.

¿Qué papel tendrían los falangistas dentro del conjunto de fuerzas políticas y sociales que luchan por estos cambios?

Tenemos mucho que aportar en el terreno del desarrollo de ideas nuevas y también de ideas inéditas, inexploradas. Para empezar, el concepto de patria como proyecto y sus consecuencias, a la hora de diseñar un sistema democrático diferente y mucho más cercano a las personas, se corresponde muy bien con el grueso de las demandas de 15M y posteriores iniciativas populares de masas. Superar la partidocracia parece ahora una reivindicación de moda y muy actual, pero nosotros llevábamos ya años proponiendo un modelo democrático diferente, basado en las personas y en los consensos y no en el enfrentamiento permanente por el poder.

Qué decir de la necesidad de dotar a España de una personalidad e identidad superadora del actual discurrir avergonzado de nuestra nación por los salones del poder de Europa y del mundo, como un juguete roto donde tienen más fuerza y empuje las delegaciones de las regiones gobernadas por separatistas que la misma España.

También es una reivindicación permanente por parte nuestra una transformación del sistema de crédito, que ponga los recursos financieros a trabajar a favor del bien común y por encima de los intereses particulares de los magnates de la banca.

Son innumerables nuestras posibles aportaciones. En todo caso, los falangistas debemos participar, proponer y llegado el caso compartir un liderazgo social que pueda conducir a los grandes cambios que necesita nuestra nación y que puedan abrir las puertas a diferentes concepciones políticas ahora desconocidas, como pueda ser la nuestra.

¿Tiene futuro el nacionalsindicalismo? ¿Puedes esbozar ese futuro?

El nacionalsindicalismo es la semilla de una completa transformación de la sociedad y en ese sentido tiene futuro en tanto es necesaria, yo diría imprescindible, esa transformación.

El nacionalsindicalismo originario apunta una serie de principios muy validos y sugiere una serie de soluciones que tal vez hayan perdido parte de su validez por estar creados en un tiempo particular, los años treinta, y para un momento particular, la Segunda Republica española en puertas de una revolución, donde se mezclaban al tiempo, grandes esperanzas y terribles riesgos.

Es innegable que siguen vivas parte de las fuerzas del nacionalsindicalismo o sus más directos herederos y que tenemos, al menos nosotros, la firme intención de aplicar principios y no dogmas, puesto que manteniendo la rigidez de las cosas muertas, como tantas veces han hecho los falangistas, será imposible que alguna vez, algunos de los objetivos, perfectamente validos, del nacionalsindicalismo originario lleguen a formar parte de nuestra forma de gobernarnos.

Web oficial de FALANGE AUTÉNTICA (FA) en http://www.falange-autentica.org/