Un buen número de pequeños agricultores de la localidad malagueña de Ardales han visto afectadas sus explotaciones familiares por los trabajos de deslinde de una antigua cañada pecuaria. El concejal de Falange Auténtica en dicha localidad, Paco Ortiz, presentó una moción para convertir al Ayuntamiento ardaleño en valedor de la inquietud de estos afectados, pero el rodillo de la mayoría municipal del PSOE impidió que pudiera siquiera debatirse la propuesta, aunque la actitud de nuestro concejal ha suscitado las simpatías de numerosos vecinos. El diario "El Mundo", en su edición de Andalucía, publica el 4 de agosto una carta del edil de F.A. cuyo texto reproducimos:

Personal enviado por la Consejería de Medio Ambiente procedió días pasados en Ardales a colocar estacas para deslindar la cañada pecuaria. La anchura copada es de 75 metros.

Pero he aquí que esa vía tiene en realidad 10 metros. Los otros 65 se los están arrebatando (ésta es la palabra correcta) a pequeños y medianos agricultores (en muchos casos humildes agricultores), que son los legítimos propietarios de las tierras colindantes del camino.

Y son legítimos propietarios de esas tierras porque las compraron con su dinero, porque las tienen escrituradas a su nombre, porque así están asentadas en el Registro de la Propiedad, porque pagansu contribución rústica yporque las vienen faenando, arbolando, cosechando, dejando sus sudores y sin impedimento de nadie desde hace muchísimos años, como los anteriores propietarios y los anteriores de los anteriores.

 

Efectivamente, hace siglos, en tiempos de la Mesta, de Juana la Loca, de las antiparras de Quevedo, de Mariquilla la Pelá o de los hidalgos de peluquín, estas cañadas tenían su sentido, porque por ellas transitaban entre la campiña sevillana y la capital malagueña grandes rebaños de ovejas y manadas de toros bravos y de vacas castellanas. Pero eso quedó obsoleto hace más de un siglo.

Cuando ya no hizo falta tanta anchura, la cañada se achicó y ningún Ayuntamiento lo impidió. Quedó en los 10 metros actuales, que son de sobra suficientes para el tránsito de vehículos agrícolas, de los escasos ganados y hasta para la "muchedumbre" de senderistas y caballistas que algún "soplapitos" dice que van a pasar.

Pero lo único cierto es que los agricultores, los campesinos, que lo han dado todo por esas tierras, vida trabajo y dinero, nada más que hacer recibir palos. Y ahora esto.

La palabra la tienen los políticos socialistas del Gobierno y la mayoría paralamentaria que pueden, si quieren, aprobar una enmienda a la ley para que los Ayuntamientos achiquen las medidas de las cañadas en casos justificados como éstos; y también los políticos socialistas que gobiernan la Junta de Andalucía que pueden paliar desde Medio Ambiente el rigor y la sinrazón de una norma tan obsoleta e innecesaria; y los políticos socialistas de la Diputación de Málaga, que algo podrían hacer, ¿no?, y la mayoría socialista del Ayuntamiento de Ardales que, en el pleno del día 22, rechazó la moción que presenté recogiendo el sentir de los agricultores, sin dejarme siquiera leerla y dejándola fuera del orden del día.

Francisco Ortiz Lozano
Concejal de Falange Auténtica. Ardales (Málaga).

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