El asunto De Juana Chaos ha dejado perplejo a una gran mayoria del pueblo español. Las reacciones populares han sido cuantiosas y numerosas. No hay ningunda duda de la gravedad de la decisión del gobierno, una decisión que se puede ajustar a Derecho pero que es moralmente reprobable. La excarcelación de De Juana es una afrenta contra el español de bien, y contra las victimas del terrorismo etarra en general y de Ignacio de Juana Chaos en particular.

 

Las razones aducidas por el Ministro del Interior para justificar la excarcelación son una muestra más del cinismo imperante. "Razones humanitarias", ha dicho Rubalcaba. Con esa misma tabla de medir también habría que haber acercado todos los presos al País Vasco el funesto y trágico día en el que los etarras segaron la vida de Miguel Angel Blanco porque el gobierno de aquel momento no cedio al chantaje planteado por ETA. ¿No valía tanto la vida de Miguel Angel Blanco como la de De Juana Chaos? ¿No hubieran sido efectivas el mismo tipo de razones humanitarias?

 

Lo que ocurre es que la supuesta razón humanitaria del gobierno socialista no es más que una torpe y obcecada razón política mantenida contra viento y marea y contra una oposición creciente de la ciudadanía española. El llamado proceso de paz se está convirtiendo en un bochornoso espectaculo de cesiones y chantajes del y al Estado español, es decir, el pueblo español. Por eso España y su democracia están siendo gravemente ofendidas.

Sin embargo, se echan en falta voces criticas con el actual estado de cosas dentro de la izquierda española. La rebelíon civica despertada por las decisiones incomprensibles del gobierno está tomando un cariz eminentemente conservador y derechista. Dentro del Partido Socialista Obrero Español las llamadas de atención son escasas y anecdóticas. El ejemplo de Rosa Díez sigue siendo de un valor y un coraje digno de toda alabanza.

 

Desde FA nos oponemos firmemente a las decisiones mezquinas e injustas del actual gobierno de Rodriguez Zapatero, y haremos todo lo que esté en nuestra mano porque la rebelión cívica que parece vislumbrarse no sea instrumentalizada para fines de tipo partidista o puntos de vista parciales, que renuncian a analizar la causa profunda de los problemas que aquejan a España o pretenden resucitar viejos discursos negadores de la rica pluralidad de nuestra patria.

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