Muchos nos preguntan por ahí que es exactamente eso del falangismo. Lo preguntan los espirítus más libres, los que no han claudicado ante la apisonadora del pensamiento único, los que no se conforman con el estereotipo acuñado por la historia.

Nosostros todavia nos afanamos por definir bien el asunto, de una forma gráfica. Es absurdo meterse en demasiadas disquisiciones teóricas, etiquetas complicadas o conceptos ideológicos. Ser falangista es meter en la misma batidora la defensa de la hispanidad de Maeztu y el anarcosindicalismo de Pestaña, pero mi amigo, el que me pregunta por el "ser falangista", no sabe nada de letras. Quiero transmitirle la originalidad de lo nuestro.

"Amigo, el falangismo es un estilo de vida, un talante y una idea de España y el mundo. Un estilo en el que el caballero hispano se viste de mono azul; un talante en el que desde la suprema liberalidad se defienden las raices más hondas de la vida; una idea en la que prima el respeto a la libertad profunda del hombre y el reparto de la riqueza como base de una patria alegre y generosa.

Bien, amigo, el falangista no es de derechas, ni de izquierdas, y es de todo a la vez. En unos asuntos te tachan de derechista, en otros te crucifican por "rojo". Ser falangista es una forma completa de ser ciudadano, una manera revolucionaria de ser patriota, vale?".

Al menos he conseguido despertar la curiosidad de mi amigo.

Litio