Por Mendelevio

Hay muchos falangistas, o mejor dicho, un alto porcentaje de los pocos que hay, obsesionados con la UNIDAD FALANGISTA. De estos, muchos también están dedicados a tiempo completo a conmemorar la participación azul en la última GUERRA CIVIL.

Es evidente que los falangistas tenemos más caídos por las balas rojas que por las franquistas (entre ellos Juan-José Domingo). También hubo más falangistas en las prisiones rojas que en las franquistas (entre estos últimos Manuel Hedilla). Pero la represión franquista sobre los falangistas fue infinitamente mayor que sobre los monárquicos. Éstos, de la mano de Luis María Anson, nos han vendido que los juanistas eran uno de los pilares de la oposición al Régimen del General Franco, y que la familia Borbón, exiliada en la Italia de Mussolini, eran unos ardorosos defensores de la democracia. El provecho que los monárquicos sacaron del Franquismo fue infinitamente mayor que el que sacaron los falangistas, ¿por qué no se presentan ellos como los herederos del anterior Régimen?

80 años después, muchos falangistas siguen aferrados a lealtades de circunstancias. El 18 de Julio de 1936, Falange Española no eligió a sus aliados, la persecución e ilegalización por parte del gobierno del Frente Popular no le dejó otra opción, pese al poco aprecio que tenía José Antonio hacía la reacción española. El falangismo, que ha heredado del franquismo un calendario litúrgico de conmemoraciones, realmente no honra a los caídos. Los falangistas no murieron para que les lleven coronas a unos monumentos durante 100 años, lo hicieron por el triunfo de unos ideales de Patria y Justicia.

La unidad falangista sólo se puede construir sin tocar el tema de la valoración del régimen de Franco. Esto obligaría a la Falange reunificada a presentarse como un partido nostálgico del franquismo, nos presentaríamos como defensores de un régimen con menos libertades que el que padecemos ahora. Frente a esto, muchos falangistas queremos cambiar el actual régimen por su degradación de la democracia.

Aceptar al franquismo como modelo político, no sólo es traicionar la ideología joseantoniana y a los falangistas que padecieron por defender lo contrarío, es renunciar a la UNIDAD DE LOS ESPAÑOLES. Esa nueva FALANGE UNIDA no tendría vocación de unir a todos los españoles, renunciaría a atraer a esa media España que tiene cuentas pendientes con el Franquismo. Podemos no compartir los ideales de los represaliados del franquismo (anarquistas, comunistas, separatistas, socialistas…), pero no podemos negar el dolor de sus familiares, ni presentarnos como herederos de sus verdugos.

Seguir abrazando al régimen que surgió de la Guerra Civil es perpetuar la división de los españoles. ¿Qué tipo de falange sería esa? ¿La antípoda de la Falange de José Antonio? Yo, si tengo que elegir entre aspirar a la unidad de los falangistas y la unidad de los españoles, elijo la segunda. Cuando veo los viejos westerns de John Ford siento envidia por la reconciliación que reflejan entre los derrotados sudistas y los vencedores del norte, y están filmados 80 años después del fin de su guerra civil.