El Pueblo español lleva más de una década sufriendo una crisis progresiva, soportada por las clases medias trabajadoras de nuestra nación: cooperativas, pequeñas y medianas empresas, así como trabajadores autónomos y por cuenta ajena. Y padecida especialmente por parados, personas endeudadas que han sido desahuciadas de sus hogares, pensionistas y dependientes. Todos han experimentado los recortes de sus derechos sociales básicos, en términos absolutos y también provocados por las subidas de los precios de bienes esenciales como la energía eléctrica, respecto a sus salarios o pensiones. Así, consideramos que muchas personas y familias han quedado expuestas a decisiones poco acertadas que han tomado nuestros gobernantes y que no han velado por el bien común.