Falange Auténtica comparte la esperanza del pueblo cubano en un futuro de libertad y prosperidad abierta en la jornada histórica del 17 de diciembre de 2014.

La voluntad de rectificación de la política de aislamiento sostenida por los Estados Unidos durante los últimos 54 años sobre la República de Cuba supone un hito con escasos precedentes en la historia del gigante americano, y una muestra de pervivencia de los más acendrados valores hispánicos a orillas del Mar Caribe.

Bandera de cuba

Cuba debe ser honrada como la gran nación que supo mantener su dignidad y su soberanía a lo largo de más de medio siglo frente al más colosal de los adversario que podría haberle deparado los avatares de la historia. Bajo decenios de hambre, pobreza y desesperanza el pueblo cubano vino a hallar su sustento en los graneros imperecederos de un españolísimo sentido trágico de la existencia y de un orgullo patrio fraguado por primera vez, dolorosamente, en la ruptura con su Patria madre.

Cuba debe afrontar ahora la conquista de su libertad y dignidad interior, tal como ha logrado hacer frente a su adversario secular. La Revolución está obligada bien a hallar nuevos espacios de libertad y participación para el pueblo, desentrañando la fórmula maestra que colapse la identidad aparente entre democracia y capitalismo, bien a desaparecer a resueltas de una inepcia económica y política insostenible por más tiempo.  

El cambio de criterio del presidente Obama, auspiciado por la genialidad diplomática del Estado Vaticano, deja al comunismo cubano sin ninguna excusa para mantenerse en el inmovilismo. La Revolución debe retomar sus ideales y fuentes originales, abandonando su  actual anquilosamiento marxista para dejar paso a un modelo nuevo. Un modelo donde la libertad personal y la prosperidad de los ciudadanos se hagan compatibles con un Estado digno y justo, al servicio del pueblo en lo económico y lo político.

Falange Auténtica reclama, como primer paso de este proceso, la apertura de las cárceles y de los centros de detención política para la integración de todo ese talento en la construcción de la siguiente fase de la Revolución: el poscomunismo.

PATRIA O MUERTE.

VENCEREMOS.