Por Mendelevio.
Los nacionalistas catalanes llevan la mezquindad a límites insospechados. No me refiero sólo a la insolidaridad fiscal que abanderan, apoyándose en mentiras. No me refiero sólo a borrar de Cataluña cualquier rasgo de españolidad para poder crear la Cataluña pura de sus sueños. No sólo me refiero al victimismo como forma de hacer política. No sólo me refiero a los intentos nacionalistas de presentar una Cataluña enemiga y enfrentada e España, como algo inevitable.
La mezquindad nacionalista llega hasta los muertos. Gracias a Albert Boadella nos enteramos del tratamiento que le merece el compositor catalán Amadeo Vives a la casta política soberanista catalana. El autor de zarzuelas no merece un entierro digno para los políticos independentistas [1]. ¿Si hubiera compuesto en catalán merecería un tratamiento tan ruin? El eterno disidente, que es Boadella, recrea estas miserias en una obra teatral [2].