J.I. Sanz

Por culpa de los innumerables tontos útiles que andan repartidos por todos los estamentos habidos y por haber, mediáticos, políticos, culturales... el nacionalismo acabará por imponernos sus tesis y su manipulada visión de las cosas. Y digo esto porque se está extendiendo la costumbre de equiparar, cuando no enfrentar, a algunas de las distintas identidades regionales con nuestra común identidad española, cuando esta última es precisamente la consecuencia de las anteriores. Es decir, somos españoles en tanto en cuanto somos vascos, catalanes, navarros, gallegos, leoneses, aragoneses...

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Foro de Ermua

El Lehendakari ha animado a todos los vascos (y, por supuesto, vascas) a realizar cuantas preguntas consideren en relación con su propuesta de Estatuto de Libre Asociación. FORO ERMUA ha considerado conveniente formular tan sólo veinticinco preguntas básicas, del millón que podrían haber sido, con la intención de dar la oportunidad al Sr. Ibarretxe para que nos explique algunos de los puntos oscuros que surgen en relación con un proyecto tan arriesgado como es la ruptura del marco de convivencia que habíamos consensuado todos los vascos. Un proyecto que ha decidido poner en marcha de manera unilateral, a pesar de que una gran parte de la población no podamos participar libre y democráticamente en la discusión por causa de la coacción de ETA.

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J.I.Sanz

Qué pena que el asunto de los dos políticos socialistas "rebeldes de la Comunidad de Madrid no hubiera explotado unos meses antes o unos meses después, y lo haya hecho ahora que muchos ciudadanos están con la guardia baja por eso de las vacaciones. Y es que el espectáculo de la comisión de ¿investigación? que está ofreciendo solo Telemadrid deberíamos poder verlo el resto de los españolitos y españolitas. Y sobre todo deberían verlo aquellos que con sus votos hacen posible que nuestras instituciones, tanto en su versión nacional, como en su versión taifa, como en su versión local, estén llenas de mediocres, chorizos y medradores. Lo que está pasando en la Comunidad de Madrid podría estar pasando en cualquier otra comunidad autónoma o ayuntamiento, no nos engañemos, o incluso en el parlamento. Pero la liebre sólo ha saltado en Madrid, así que los demás nos quedamos de momento con las ganas de conocer los chanchullos, favores y repartos que se dan en otros lugares y en otros partidos. Partidos que, no lo olvidemos, son el único cauce para la participación ciudadana en la cosa de todos. Bueno, cauces para la participación ciudadana... y algo más, por lo visto. Un instrumento que se dice al servicio de la democracia pero que tiene bien poco de democrático, me explico, listas cerradas, mercadeo de candidatos, el que se mueva no sale en la foto... Democracia interna en estado puro, vamos.


Qué gozada si cundiera el ejemplo y salieran tamayos y sáeces de todas las instituciones. Lo que nos íbamos a divertir. Pero por desgracia no caerá esa breva. Todo este teatro durará lo que interese que dure. Luego saldrá alguna cabeza de turco y aquí paz y después gloria. Eso sí, en la próxima cita electoral vendrán a buscarnos otra vez para lo del voto. Y todavía habrá gente que siga picando y votándoles. Me viene a los dedos ahora mismo ese chiste en el que iban cinco tipos por una cloaca, llegándoles la mierda a la altura de la barbilla a todos ellos, y el de atrás protestaba: ¡eh, los de delante, no hagáis olas! No sé, pero algo parecido al chiste es la moraleja que saco de todo esto que está pasando. Un grupo de gente mediocre que en cuanto salen elegidos de cualquier cosa lo primero que hacen es enfundarse el traje y la corbata, cruzarse de manitas a la altura de salva sea la parte, poner cara de capullo o capulla y ponerse en manos de un buen gabinete de comunicación e imagen. Y todo ello sin importarles nadar en la mierda, pero siempre que los de delante no hagan olas, que si no ya vemos el resultado.

Eso si, los profesionales de la intoxicación, los creadores de opinión, intentarán seguir haciéndonos creer que la democracia está en buenas manos, que la inmensa mayoría de políticos está a salvo de toda sospecha, que los simancas, portas, roldanes, balbases, corcueras, guerras, piñeiros, naseiros, tomeyses, ortegas, pujoles, yáñeces... son cuatro en eso de la política, que no hay que generalizar. Nos toman por imbéciles. A ver quien no conoce o ha oído algún "asunto de adjudicaciones a dedo, de alguna recalificación de terreno sospechosa, de colocaciones por enchufe, de estipendios a cuenta del presupuesto, de extrañas justificaciones de gastos, etc, etc, etc, en cualquier alcaldía, en cualquier diputación, en cualquier gobierno autónomo, en el gobierno de la nación. ¡Todos conocemos algún caso! Más bien pareciera que los honrados, que alguno hay, sean una minoría. Así que tomemos todos buena nota de lo que está ocurriendo. Esos señores y señoras mediocres de traje y gabinete de comunicación e imagen portátil están ahí gracias a la gente que les da el voto. Pero también hay otra cosa que se llama democracia participativa, más cercana al ciudadano y que permite participar en política a través de otros cauces. Y además, somos muchos los que la creemos necesaria, de verdad.

Y para acabar una observación. Si los representantes de Batasuna y la gente que les vota son considerados cómplices por omisión de dar cobertura al terrorismo, es lógico pensar que los representantes del PSOE y los que les den su voto, sobre todo a partir de ahora, sean cómplices por omisión de todos los chanchullos, arreglos y mangoneos habidos y por haber en este caso concreto y cercano que no único ni último. ¿O no?


Miguel Ángel Loma

Dan mucha penita esos personajes que se han quedado fuera de la representación política tras las últimas elecciones. Tanto tiempo acostumbrados a la sufrida moqueta, al coche oficial, a los viajes por medio mundo, a los saraos, comiditas y copitas gratis total, y de repente, por la caprichosa voluntad del electorado (¡ingratos!) o de quienes montan las candidaturas de sus partidos (¡traidores!), se ven en medio de la calle (es un decir), sin oficio ni beneficio conocido y teniéndose que pagar de sus bolsillos los langostinos, que a ver quién tiene estómago para cambiar de dieta a estas alturas de la vida y volver al bocata de mortadela con aceitunas (es otro decir). Pese a todo, yo sé que nuestros políticos profesionales son muy solidarios entre sí, y ayudan a sus colegas más menesterosos buscándoles algún carguete público donde cobijarles, pero no siempre se acierta porque, aunque los políticos profesionales sirven lo mismo para un roto que para un descosido, a veces estos "aparcamientos" se hacen al tuntún, sin apreciar las cualidades demostradas por cada cual para aprovechar mejor sus talentos, y sin valorar tampoco los ámbitos sociales más necesitados de sus actuaciones. Por ejemplo, ahora tenemos un grave problema con el lince ibérico, un animalito en peligro de extinción que se está quedando medio lelo y al que prácticamente hay que llevar de la patita a una hamburguesería para que se alimente, porque parece que ha ido perdiendo todas aquellas facultades que le identificaban como símbolo de astucia, agudeza y sagacidad, y sus presas le hacen pedorretas delante de sus mismísimos bigotes (vamos, que hoy calificar a alguien de lince es poco menos que augurarle un futuro más negro que el de un embrión humano cerca de Bernat Soria).

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Miguel Sánchez

Desde hace algunas décadas es una realidad que la base de la economía española ha pasado de un quasi sacrificado sector primario a otro más pujante y mejor remunerado de los servicios, en una etapa económica propicia a este flujo incesante, al que momentáneamente atendemos y nos plegamos en nuestra Patria.

Quizás la clase política no haya querido darse cuenta que los intereses del pueblo español deben de estar por encima de todo, incluso de la demagogia con la que actúan y nos manipulan "nuestros gobernantes, esos que toman decisiones a la ligera sin valorar las repercusiones que aquellas conllevan, ni se toman la molestia de estudiar nuestra historia reciente. Me refiero al trato que se da la Reino de Marruecos y a sus políticas, aquí van estas líneas para hacernos recapacitar sobre los hechos y sus consecuencias.

El gobierno de la Nación, de una vez por todas, ha de adoptar una política de firmeza frente a los intereses marroquíes que tienen por finalidad derrocar al cada vez más debilitado sistema agroproductivo español, base y sustento de nuestra población desde épocas lejanas.

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