La vi. Realmente vomitiva, despreciable. Si te fijas bien ni una sola sonrisa e, imagino, no será porqué estén avergonzados o arrepentidos sino porque no tienen alma. Son como el pistolero que entra en el "saloon" del far west y consigue que se le hiele la sangre a todo el que está dentro.

Todavía me queda algo de bondad no ya, por supuesto, para pensar en el sufrimiento de las víctimas sino para plantearme qué pensarán las madres de esos "gudaris"; alguna tiene que haber que se lamente de ese hijo y no concilie el sueño.

Otros días es mucho peor... me dejo acunar por el sopor que produce madrugar y el final de la jornada laboral y, entonces, sueño. Una llamada a las Fuerzas de Seguridad para que se retiren pues no hay motivo para preocuparse. La zona queda libre de "txakurras", están ellos solitos encerrados en el Matadero (¡que cosas!) de Durango y tres minutos después...¡BOOM!. Ya se sabe, los chicos de la extrema derecha con la complicidad de fuerzas policiales que, por supuesto, actuaban a título personal, dirá el Excmo. Sr. Ministro del Interior.

Me despiesto sudoroso. Perdónadme, perdonadme. Teresa de Avila decía que la cabeza era la loca de la casa.

ALBERTO