Por Juan Francisco González Tejada

Nos siguen tomando por tontos, ante la situación actual de crisis que algunos ya vaticinábamos sin conocimientos especializados de economía. Tenemos un gobierno que ha hecho ejercicios malabares con el lenguaje, como si su misión no fuera la del gobierno de una nación, y se nos han presentado ante la pantalla de nuestras televisiones como si nos fueran a contar un chiste, como si su misión fuera entretenernos con todos y cada uno de los sinónimos del termino crisis, y si no teníamos poco con los juegos del lenguaje, también han jugado con las matemáticas, que si creceremos el 3, el 2, el 1%, no aceptando lo evidente hasta que la realidad se les viene encima como un edificio en ruina.

 

 

 

 

 

El Gobierno a por uvas con la Aído, como aguadora, y la oposición adoptando la postura fácil de la critica inútil y sin fuerza moral.¿ Que hizo el PP, durante sus años de gobierno para que el sector de la vivienda no se constituyera en eso que los que engañaban y nos engañan, cuando lo llamaban motor de la economía, y nosotros lo llamamos fuentes de especulación, usura y de sometimiento de las capas sociales mas jóvenes, y desfavorecidas?. ¿Que hizo el PP y el PSOE para que un sector económico no se convirtiese en una burbuja económica como las de la bolsa, o como la de los sellos?

Acaso nadie se dio cuenta que la construcción masiva de viviendas muy por encima de la necesidad real de tener un techo, y a precios que cada año subían el 200% o 500% por encima de los salarios, que era una estructura piramidal, basada, no en la necesidad del mercado de comprar un bien, sino simplemente era la apuesta por la rentabilidad, apuesta insostenible por el incremento artificial de precios, que no se apoyaba en el incremento de rentas de quienes tenían la necesidad real de tener una vivienda, ni en el aumento de los precios de los salarios, ni de las materias primas empleadas, y mucho menos del incremento de metros de la viviendas, con lo cual la huida hacia adelante era evidente. No ha habido ningún político con la altura de miras, con las dotes de estadista para evitar llegar a esta situación, que se ha modificado por el movimiento natural de los agentes del mercado, cuando la pirámide ha dejado de sostenerse porque cada día eran menos los que teniendo necesidad real de tener un techo para vivir, no podían comprar a esos precios con estos sueldos. Momento en el cual los especuladores, y los que apostaban por la rentabilidad, han abandonado el sector, desinflando un globo cuyo escape de aire como siempre asfixia a los mas débiles, que abandonados, por la tutela del estado, y con el silencio cómplice de los sindicatos están sumidos en la frustración, el desencanto, la desesperanza a la que lleva la ruina económica del que ve, como cada mes aun teniendo un sueldo por encima de la media, tiene que dar gracias, si le queda para comer después de pagar la hipoteca

Existen salidas, pero que nadie quiere tomar, y es volver a construir a precios que se adapten a la capacidad de endeudamiento responsable de las familias españolas, pero estos liberales de izquierdas y derechas no tocaran a rebato a favor de los trabajadores sino de las grandes constructoras y de los bancos. La compra de suelo por el estado y la conversión en suelo urbanizable entregándolo a un buen gestor, reactivaría el sector y haría entrar en el mercado a esos trabajadores que esperan poder acceder a una vivienda digna sin hipotecar toda su vida. Esto iría en detrimento de los intereses de las grandes corporaciones que han acaparado suelo, esperando obtener pingües beneficios, a costa de un endeudamiento irresponsable por parte de los trabajadores, a los que las tasadoras les engañaban al comprar, al hacerles ver que su piso nada más ser comprado ya se había revalorizado, porque costaba más que lo iba a pagar, y la vez el banco podía darle el 100% del crédito, así ha funcionado todo un entramado surrealista, al que es preciso poner freno, con medidas como la anteriormente expuesta, para barrer de este sector a todo especulador y usurero y salir en defensa efectiva y real del mundo del trabajo, que es el que siempre sostuvo y sostendrá una economía estable. Cuando en cualquier sector nos encontremos que está más dominado por la apuesta individual o colectiva de las rentas del capital, estamos inmersos en una burbuja. La economía, el mercado funciona con normalidad cuando proporciona bienes o servicios a las personas que lo necesitan, pero cuando la necesidad es únicamente la rentabilidad del capital, y esta es la esencia que da vida a un sector económico, la burbuja económica es evidente, y si los precios suben por encima de los salarios la burbuja tardará en estallar, a pesar de las buenas palabras de los Solbes, o la irresponsabilidad del Aznar de turno, que, en un alarde de ultraliberal, dijo aquello de que " sí, sí, los pisos valen caros, pero se venden....., pero cuando estalle procura que no te coja debajo. Si nos han engañado con la vivienda, piensa que no harán con los presupuestos generales del Estado o con los tejemanejes de las bajadas y subidas del petróleo. Que no te tomen por tonto. Toma partido, aquí tienes el azul de una esperanza.